Dos hechos a considerar. El primero, ese cansancio mental que se suele sufrir puede ser lo que los psicólogos denominan “déficit de naturaleza”. Un diagnóstico que involucra el encierro, la falta de espacio y la ausencia de un ambiente verde. El segundo: los niños también lo sufren.
Los estudios sobre psicología infantil demuestran que los niños que crecen en zonas urbanas sin contacto con un ambiente natural, padecen de este trastorno por déficit de naturaleza que puede manifestarse en obesidad, trastornos de aprendizaje, hiperactividad, fatiga o depresión. De ahí la importancia que la crianza sea en un ambiente rodeado de verde. La naturaleza para los niños incide en:
1. Comportamiento
El contacto con la naturaleza hace que los niños sean menos ansiosos y aprendan a trabajar en equipo. Eso a la larga se traduce en un mejor comportamiento. Además, se logra una mejor concentración y autodisciplina.
2. Salud
El cuidado en exceso de los padres no beneficia a la salud de sus hijos. La naturaleza genera defensas. Mojarse bajo la lluvia. Jugar en un charco. Correr libremente son actividades propias de interactuar con la naturaleza que incide en una mejor salud.
3. Creatividad
Miles de ideas surgen en contacto con la naturaleza. La exploración, la destreza y la resolución de problemas son claramente potenciados.
4. Alimentación
En la naturaleza conoces de primera fuente las plantas y frutos. Entiendes el proceso botánico. Disfrutas conocer, probar y así mejorar la alimentación.
5. Sensibilización
El niño es capaz de valorar cada oficio que se involucra en la naturaleza y empatiza con las personas.
6. Aprendizaje
La base de la pedagogía Montessori. Ninguna descripción, ni ilustración de un libro puede sustituir a la contemplación de los árboles reales y de la naturaleza que los rodea.
Estar cerca de parques y jardines tiene efectos beneficiosos para el organismo. Vivir en el campo tiene mejores efectos en la salud de los niños.¡Aventúrate a vivir los mejores años de tu vida en una parcela!
